* El 4 de octubre de 1912, una locomotora atravesó la estación y salió a la calle, arrollándolo todo a su paso.
“Entró en los muelles, los pasó sin menguar su ímpetu, arrolló los topes de parada, saltó el andén, atravesólo con igual velocidad, chocó contra el muro de más de un metro de espesor, lo derribó, colisionó contra uno de los pilares del hall y fue casi deslizándose escaleras abajo por las que dan acceso a la estación”. Así describió un testigo, en las páginas del periódico “Las Provincias”, el accidente que ferroviario que el 4 de octubre de 1912 conmocionó a Alicante.
El tren número 30, el correo de Andalucía, no pudo frenar al entrar en la estación de la compañía MZA (Madrid-Zaragoza-Alicante) y después de destrozar las protecciones y un muro arrasó las instalaciones del despacho de billetes y salió hasta la calle por el vestíbulo, a la vista de los cocheros de las fondas que guardaban clientes.
Hubo cuatro muertos y más de treinta heridos. Que sobre todo se registraron entre las personas que estaban comprando billete para viajar a Valencia. Las escenas fueron dantescas y la confusión y el pánico se adueñaron de todos durante los primeros minutos. En la estación de Alicante todo eran gritos desgarradores, peticiones de auxilio y lamentos desesperados. El público conjeturó si el accidente lo habría causado la impericia de un maquinista puesto como suplente durante esos días, en los que había huelga ferroviaria; pero la compañía aclaró que era un “buen maquinista de la Compañía”.
(Foto «Mundo Gráfico»)
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Otro accidente más sonado todavía era el del metro de Valencia, pero este otro mucho más reciente que el de la estación de trenes de Alicante, pero en cambio mucho más catastrófico incluso. Hubieron 43 muertos y 47 heridos ni más ni menos, todo ello porque no le funcionaban los frenos, esto en comparación con el accidente de tren a principios del siglo XX en la estación de trenes de Alicante que fue por la falta de profesionalidad y experiencia del maquinista que en su momento era suplente de varios trabajadores en esos momentos en huelga.